Refugios


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Hace tiempo, el estudio de arquitectura AEIOU Arquitectos lanzó Ersilia, un fanzine cultural independiente para la publicación de artículos relacionados con el fascinante mundo del arte y la arquitectura. Conocí a José Antonio Lozano García, fundador de este estudio, cuando se convirtió en mi profesor de dibujo en la educación obligatoria y para mí, lo de estudiar arquitectura era todavía una utopía pero un deseo muy ferviente. En aquellos años él me abrió la ventana a infinitud de arquitecturas distintas, arquitectos, temas, tardes devorando libros que hablaban del movimiento moderno, y ahora también a desarrollar lo aprendido en mi primera publicación.



Cuando me propusieron escribir unas líneas para Ersilia, yo, en esas largas tardes buceando en los libros de la universidad, busqué un tema sobre el que reflexionar. Pensaba en la situación actual de la arquitectura, en este caos de urbanizaciones abandonadas, ciudades desiertas y burbujas inmobiliarias. Y mi preocupación se extendía a vislumbrar cuál es el futuro que nos deparará tanta confusión. Está claro que la ceguera por el ladrillo durante las épocas de bonanza no es una solución buena a largo plazo. Quizás lo mejor sería olvidarnos de todo y pensar en qué tipo de vivienda querríamos habitar. Para mí, eso es lo que debería mover la arquitectura doméstica y lo que debe definir la casa del futuro.

Pensé en estudiar cuáles podrían ser los pilares en los que apoyar las casas que están por construir, los conceptos que desde mi punto de vista deberían formar parte de una vivienda. Por un lado miré a los grandes, y por otro al ser humano. Y así surgió un discurso que une el recorrido del hombre desde que habitó las primeras cavernas con algunos de los ejemplos más importantes de arquitectura doméstica desde hace 50 años.

Hoy, cuando entro en la biblioteca de la universidad para afrontar otra de esas largas tardes de búsqueda veo el número de ERSILIA 04. Apoyado sobre la recepción, espera a todo quien lo desee para leerlo, opinar, escribir y disfrutar de él y de esto del compartir el conocimiento, que es de lo que trata (o al menos debería tratar) la universidad.

Si quieres leer ERSILIA 04, clikea aquí.

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